domingo, 23 de noviembre de 2008

Arquitectura egipcia. Características generales

La arquitectura egipcia es, ante todo, de carácter religioso.
Debido a la escasez de madera, los dos materiales de construcción predominantemente usados en Egipto fueron el adobe (ladrillos de barro) y la piedra (fundamentalmente la piedra caliza, además de las piedra arenisca y el granito). Del Imperio Antiguo en adelante la piedra se reservó para tumbas y templos, mientras que los ladrillos fueron usados en viviendas (incluso en los palacios reales), fortalezas, muros y edificios subsidiarios en los complejos de los templos. La piedra se utilizaba en forma de grandes sillares perfectamente aparejados, unidos sin argamasa, lo que daba gran consistencia y durabilidad a los edificios. Los bloques, procedentes de las canteras, eran transportados en grandes embarcaciones de carga por el Nilo y luego arrastrados hasta la base de la construcción por cuadrillas de obreros que para moverlos, utilizaban grandes carriles de madera.
La arquitectura egipcia se caracteriza por ser arquitrabada o adintelada (no emplea el arco ni la bóveda); los espacios entre columnas se cubrían mediante prolongación de los arquitrabes (parte inferior del entablamento que descansa sobre el capitel de una columna). Es decir, todos los edificios monumentales son construcciones con cubiertas planas conformadas por enormes bloques de piedra apoyadas en muros externos y grandes columnas poco espaciadas. Los muros son muy anchos y disminuyen su altura conforme se elevan (muros en talud). Los edificios están muy decorados con elementos vegetales o animales, jeroglíficos, diferentes tipos de escenas…La mayoría de las decoraciones están realizadas en relieve.
La organización arquitectónica tiene como elemento básico la columna, que tiene un importante papel decorativo. Son altas y robustas y sus capiteles y fustes están inspirados en motivos vegetales de Egipto: loto (lotiforme), papiro (papiriforme) y palma (palmiforme). Representan la fuente de la vida. También se encuentra el capitel hathórico, llamado así por figurar en él la cabeza de la diosa Hathor. Los fustes están hechos de piezas superpuestas (tambor).
La arquitectura egipcia es colosal: sus construcciones tienen una monumentalidad grandiosa y un tamaño sobrehumano, generalmente desproporcionado con su función, sin atenerse a cánones de belleza. Esta grandiosidad ilustra la autoridad y la magnificencia del faraón, así como una concepción religiosa de la inmortalidad. Es una arquitectura horizontal (igual que el paisaje de Egipto) que con sus líneas rectas proporciona la idea de eternidad. Todo esto se consiguió gracias a los conocimientos matemáticos y técnicos, la existencia de artesanos y artistas muy experimentados y bien organizados y la abundancia de piedra fácilmente tallable.



Arquitectura arquitrabada o adintelada





Diferentes tipos de columnas y capiteles

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Esquema comparativo entre los estilos de arte rupestre prehistórico

1.-Estilo zona franco-cantábrica

1.1.- Época:
Paleolítico superior (13000-12000 a. C.)
1.2.- Clima: Alternancia de glaciaciones y periodos interglaciares. Temperaturas muy bajas.
1.3.- Ser humano:
- Depredador : caza, pesca, recolección.
- Nómada: búsqueda de zonas de caza y pesca abundantes.
- Vive en cuevas.
- Fabrica herramientas: útiles ofensivos, de uso cotidiano y con finalidad social (adornos).
- Se organiza en pequeños grupos formados por una misma familia.
- Creencias:
a) aparición de ritos funerarios: enterramientos en la cueva.
b) existencia del más allá.
c) prácticas mágicas y rituales animistas y totémicos: en lo más profundo de la cueva se celebran ritos y se presentan ofrendas (santuarios).
- Arte: parietal (paredes de las cuevas) y mobiliar (decoración de objetos cotidianos).
1.4.- Pintura:
- Situación: en lo más profundo de las cuevas.
- Temas:
a) imágenes de animales extintos o reconocibles (bisontes, caballos, ciervos…), todos salvajes, en actitud estática (calma) o mostrando tensión dinámica.
b) signos de diversas formas geométricas ocasionalmente.
- Figuras representadas de forma aislada o independiente: cuando aparecen muchos animales no forman escenas ni se relacionan entre sí.
- Técnica:
a) pigmentos naturales minerales mezclados con grasa animal .También sangre.
b) aplicación: dedos, especie de pincel, soplando.
c) grabado de la silueta, contorno con línea negra de carbón vegetal y relleno de la figura.
d) figuras voluminosas (aprovechan los resaltes y abultamientos de la roca y sombrean)
e) monocromía, bicromía, policromía y gradación de tonos.
- Colores: rojo y negro.
- Sensación de realismo: expresan la anatomía del animal con detalles.
- Siluetas siempre de perfil.
- Expresividad. Figuras dotadas de fuerza y naturalismo.
- Finalidad mágico-religiosa.
- Lugares representativos:
a) cornisa cantábrica. Altamira (Santander).
b) suroeste de Francia. Lascaux.

2.-Estilo zona levantina

2.1.- Época:
Neolítico-Edad de los Metales.
2.2.- Clima: Profundos cambios. Mejora de la temperatura (entre templada y cálida) y mayor grado de humedad.
2.3.- Ser humano:
- Productor: ganadería y agricultura.
- Sedentario: se asienta en un lugar donde siembra y recolecta.
- Vive en poblados al aire libre.
- Progreso técnico: fabricación de herramientas agrícolas, cerámica, tejidos…)
- Aumento de la población, jerarquización social y especialización del trabajo.
- Creencias:
a) enterramientos en tumbas edificadas o excavadas en cementerios próximos.
b) espíritus de antepasados considerados cooperadores.
c) adora a las fuerzas naturales relacionadas con el cultivo de la tierra (religión animista). Surge el culto a la diosa-madre. Prácticas mágicas.
- Arte: parietal (paredes, oquedades), estatuillas y construcciones megalíticas.
2.4.- Pintura:
- Situación: abrigos rocosos u oquedades al aire libre.
- Temas:
a) imágenes de animales (caballos, ciervos, cabras, animales menores como conejos…) en actitud diversa (estáticos, en alerta, caídos en trampas, muertos…).
b) imágenes de seres humanos: diferencias marcadas por rasgos sexuales e indumentaria.
- Figuras de hombres y animales en escenas:
a) bélicas (combates, desfiles, danzas).
b) actividades relacionadas con la caza.
c) vida cotidiana (recolección y domesticación).
- Técnica:
a) pigmentos naturales minerales.
b) aplicación: dedos, especie de pincel.
c) sólo aplicación del color, sin resaltar el contorno.
d) siluetas planas, realizadas por la mancha total de la figura.
e) monocromía: colores puros, sin mezclar.
- Colores: rojo, ocre, negro y blanco.
- Figuras esquemáticas de marcado carácter simbólico: se representan las líneas esenciales y se eliminan detalles.
- Cuerpo de perfil y algunas partes en posición frontal.
- Dinamismo: interés por captar el movimiento (composiciones en diagonal descendente).
- Carácter narrativo.
- Lugares representativos:
a) vertiente mediterránea peninsular (desde Lleida a Almería). Abrigo dels Cavalls.
b) lugares alejados del mar (Teruel, Huesca y Cuenca). Cogull.

martes, 9 de septiembre de 2008

Introducción histórica

El imperio egipcio se desarrolló a lo largo de casi 3000 años. Su territorio se situaba en torno al Nilo, que durante la mayor parte de su recorrido discurre por un estrecho valle (Alto Egipto). El río se abre en un ancho delta poco antes de su desembocadura y forma el Bajo Egipto. Hacia el año 3100 a.C. el rey Menes unificó los reinos del Alto y Bajo Egipto.
En la historia egipcia se distinguen tres grandes etapas:
- Imperio Antiguo o época menfita (2800-2050 a. C.). La capital es Menfis. Destacan los faraones Keops, Kefrén y Micerinos, constructores de las grandes pirámides.
- Imperio Medio o época tebana (2052-1570 a. C.). La capital es Tebas. Expansión y conquista de Nubia, al sur de Egipto.
- Imperio Nuevo (1570-715 a. C.). Destacan los faraones que extendieron el imperio en Oriente (Palestina, Siria): Tutmosis III y Ramsés II.
En los últimos años Egipto fue dominada por pueblos extranjeros (persas y griegos) hasta su definitiva conquista por los romanos en el siglo I a. C.

1.- Religión

Los egipcios tenían muchísimos dioses (unos 3000) pero a medida que el país se unificaba, las divinidades de las provincias dominantes pasaron a ser nacionales. Las más importantes son:
- Amón, dios de Tebas. Divinidad solar.
- Ptah, dios de Menfis. Protector de los artesanos y artistas.
- Ra, dios del Sol, cuyo centro fue Heliópolis.
- Horus, dios halcón de Edfu. Hijo de Osiris. Los faraones se consideraban su encarnación en la tierra (el sillón faraónico se llamaba “trono de Horus”).
Más o menos general en todo Egipto fue el mito de Osiris, dios que dio al hombre la civilización. Fue muerto por su pérfido hermano Seth y devuelto a la vida por Isis, su hermana y esposa divina.
Otros dioses fueron:
- Anubis, dios de los muertos, de cabeza de chacal.
- Sekhmet, diosa de la guerra, de cabeza de leona. Sanguinaria y cruel, era esposa del pacífico Path.
- Bast, diosa gato, venerada especialmente en el delta.
- Thot, dios inventor de la ciencia y la escritura, de cabeza de ibis.
Sólo durante el reinado de Amenofis IV (Akhenatón) quiso instaurarse el culto monoteísta de Atón, dios del globo solar, pero esto no prosperó. Posteriormente muchos faraones, a quienes se consideró dioses en la tierra, fueron divinizados y tuvieron templos propios.
Los egipcios adoraban también a ciertos animales (cocodrilos, gatos, halcones, ibis…) considerados la imagen viviente del dios. También adoraban a elementos naturales (la tierra, el Nilo…).
Cada dios tenía sus templos y su cuerpo de sacerdotes.
Los egipcios creían en una segunda vida después de la muerte. Admitían la existencia del alma (de varios tipos de alma) pero lo que contaba era su “Ka”, su doble. Mientras las almas de los difuntos volaban al cielo y se transformaban en estrellas fijas, el “Ka” permanecía junto al cuerpo al que había dado vida. Pero era necesaria la conservación del cuerpo. Si éste era destruido el “Ka” era aniquilado y, por tanto, el alma resultaba anulada (se disolvía junto con los despojos mortales en los que había habitado). Es por esto por lo que era necesaria la conservación del cuerpo del difunto (lo que se hacía mediante el embalsamamiento) así como la ayuda de representaciones (la representación del objeto motiva la existencia del sujeto y el “Ka” o doble siempre podría referirse a su representación en el caso de que el cuerpo se destruyera).

2.- Economía

La civilización egipcia fue esencialmente agrícola gracias a las crecidas regulares y periódicas del Nilo que permitían un rendimiento del terreno y los cultivos superior al logrado en otros países. Los cultivos más difundidos eran los de cereales (trigo y cebada) y lino (prendas de vestir). Fue la práctica de la agricultura la que permitió el mantenimiento de especialistas en otras esferas como el arte, los oficios, la burocracia, el ejército y el gobierno.

3.- Monarquía divina

Una de las características determinantes de Egipto es la monarquía centralizada (despotismo oriental), en la que el faraón es un dios viviente propietario del territorio y de la población. Por su carácter casi divino, nadie puede mirarlo ni mencionarlo directamente. Es intocable y sus principios totalmente asumidos. Las realidades eran explicadas a través de él. Su mandato se sustentaba en la realeza divinizada y en el ma’at (verdad, justicia y orden) poseído por el faraón. El ma’at justificaba cualquier tipo de actuación.
El faraón concentraba en sus manos todos los poderes: la administración, la religión, la guerra, la diplomacia, la justicia, las obras públicas…Propietario de todos los bienes del reino, era también dador de los mismos.
El rey jamás se presentaba en público con la cabeza descubierta. Los casquetes característicos podían ser:
- la corona del Alto Egipto. Se elevaba sobre las sienes del faraón y era de color blanco.
- la corona del Bajo Egipto. Era de color rojo y estaba truncada.
-la doble corona. Formada por la corona blanca insertada en la roja.
- el casco azul de ceremonia. Tenía discos circulares.
- el nemes. Especie de cofia de tela rayada que envolvía la cabeza y caía a ambos lados del rostro.
La importancia del faraón se deducía de la energía dedicada a la construcción de su tumba y de su templo funerario, labor que comenzaba desde el mismo momento en que se ascendía al trono. A su muerte era enterrado en condiciones y con medios para poder continuar en la otra vida el ritmo que mantenía en esta terrenal.

4.- Contexto político-social

Las personas que colaboraban con el faraón formaban la clase privilegiada:
- los nobles. Poseían parte de las tierras y controlaban los cargos más importantes (visir).
- los escribas. Funcionarios que administraban los dominios del faraón (escribían los documentos oficiales y llevaban las cuentas de los impuestos y de las mercancías). Gozaban de gran prestigio y tenían buena posición económica (estaban exentos del pago de impuestos).
- los sacerdotes. Controlaban los ritos religiosos, dirigían la cultura conservaban las tradiciones, garantizaban el patriotismo y hacían en gran parte funcionar la enseñanza.
El resto de la población estaba formada, sobre todo, por campesinos. Cultivaban las tierras del faraón y a cambio obtenían una parte de las cosechas. Durante la temporada de crecida eran reclutados por el faraón para participar en la construcción de las pirámides y otros edificios públicos, siendo ésta una forma de pagar sus impuestos. En las ciudades eran numerosos los artesanos (alfareros, escultores, ebanistas, armeros, orfebres, joyeros, lapidarios, curtidores…).
Parte de la población eran esclavos, la mayoría propiedad del faraón. Trabajaban en la construcción de los grandes monumentos, en las minas o en el ejército.
En cuanto al ejército, cabe decir que Egipto no tenía tradición militar. El imperio fue conquistado y defendido con la importante ayuda de nutridas huestes mercenarias, reclutadas en todos los países limítrofes e incluso entre los enemigos derrotados (nubios, sirios, libios…). Incluso el armamento se copió en gran parte de los enemigos. Lo que sí es egipcia, es la costumbre de subdividir el ejército en grupos autónomos, cada uno de los cuales llevaba el nombre de una de las grandes divinidades.

viernes, 22 de agosto de 2008

El Neolítico

Los historiadores denominan Prehistoria a la etapa que va desde el origen del ser humano (hace unos cinco millones de años) hasta la invención de la escritura. La Prehistoria se subdivide en tres periodos: Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales.
Con el desarrollo de los grupos sociales aparece el arte como elemento característico de la cultura. Se suele usar el término arte rupestre como sinónimo de arte paleolítico, porque la mayoría de los restos se han hallado en cuevas o grutas, pero ni todo el arte rupestre pertenece a este periodo ni todo lo que se hizo en el Paleolítico procede de las cavernas. De hecho, puede hablarse de dos estilos de arte rupestre situados, cada uno, en periodos distintos: el de la zona franco-cantábrica se desarrolló durante el Paleolítico Superior y el de la zona levantina, datado entre el Neolítico y la Edad de los Metales.
El Neolítico

1.-Introducción histórica

El Neolítico suele situarse entre el final del Paleolítico y la Edad de los Metales (5000 a. C.). Esta época estuvo marcada por profundos cambios climáticos: los hielos perpetuos se retiraron a las altas montañas y los polos, lo que supuso una mejora de la temperatura, entre templada y cálida y un mayor grado de humedad. Esto determinó la mejora de las condiciones de vida: poco a poco el hombre abandonó las cuevas para vivir al aire libre o junto a abrigos rocosos. Aunque la caza sigue siendo importante en la alimentación, el hombre se hace productor y se asienta en torno a un modo de subsistencia sedentario, centrado en la agricultura y la ganadería (domesticación de plantas y animales). Esto no sólo provoca cambios económicos en los grupos humanos, sino que también aparecen cambios sociales y culturales. Se construyeron poblados y las tribus vieron aumentados el número de individuos, lo que desembocó en una jerarquización de la sociedad y una especialización del trabajo, así como la aparición de conceptos como la propiedad o el comercio. El progreso técnico experimentó un notable desarrollo (cerámica, fabricación de herramientas, tejidos…).
La aparición de la agricultura hizo que la vinculación a la tierra se hiciese más fuerte y comenzaran a desarrollarse aspectos relacionados con la fertilidad, los ciclos vegetales o los fenómenos celestes. La espiritualidad también se hizo más compleja: los enterramientos se realizaron en tumbas edificadas o excavadas en cementerios próximos a los poblados, los espíritus de los antepasados se consideraban como cooperadores y se empezaron a adorar a las fuerzas naturales relacionadas con el cultivo de la tierra (sol, lluvia…), por lo que la religión era animista. Surge el culto a la diosa-madre, diosa de la fertilidad de la tierra que representa el ciclo vegetal y que también se relaciona con la fecundidad: fue representada mediante estatuillas femeninas de arcilla, bien como una joven o bien como una mujer dando a luz.
Todos estos cambios también dejaron su huella en las manifestaciones artísticas: además de las estatuillas de la diosa-madre destacaron las grandes construcciones megalíticas dedicadas al culto religioso (dólmen, menhir y crómlech) y las pinturas rupestres.


2.-La pintura del Neolítico: la zona levantina

Las manifestaciones más importantes de este periodo en pintura se desarrollaron en casi toda la vertiente mediterránea peninsular, desde Lleida hasta Almeria, aunque no faltan conjuntos importantes en lugares alejados del mar (Teruel, Huesca y Cuenca). Uno de los principales problemas que plantea es la cronología, situándose entre el Neolítico y la Edad de los Metales. Estos conjuntos artísticos se situaron en oquedades al aire libre o en abrigos rocosos, por lo que a menudo recibían directamente la luz del sol. En cuanto a los temas, aunque los animales siguieron teniendo protagonismo en estas obras, se introdujeron figuras humanas en las representaciones pictóricas: la fauna raramente aparecía sola y figuras masculinas o femeninas intervenían en acciones conjuntas con los animales (es extraño encontrar composiciones con animales aislados y estáticos), formando escenas de gran dinamismo. Se realizaban tres tipos de escenas (repetidas y claramente definidas):
-bélicas. Con escenas de combates, desfiles y danzas guerreras.
-actividades relacionadas con la caza. Escenas de acecho o persecución de animales (ciervos, bóvidos…).
-vida cotidiana. Centradas en la recolección de alimentos (miel, cereales…) y domesticación de animales (pastoreo), en la organización jerárquica y en las danzas rituales.
El hombre se pintaba desnudo, con adornos en algunas partes del cuerpo (cabeza, brazos, piernas y cintura) y sujetando el arco y las flechas. La figura femenina se representaba con el tronco desnudo y con una falda larga acampanada que llegaba hasta las rodillas o los pies. Las diferencias entre hombre y mujer no sólo están marcadas por la indumentaria, sino que se hacen patentes por la representación de los rasgos sexuales, aunque los rostros no estén detallados. Sin embargo, pese a la nueva importancia que adquirió la representación humana, las numerosas y variadas figuras tenían siempre un tamaño pequeño (6-15 cm. de altura).
Los animales comúnmente representados son los caprinos, cérvidos, equinos y bóvidos. En ocasiones aparecen sin la presencia del hombre como cazador, solos y en diversas actitudes: estáticos, en estado de alerta, caídos en una trampa, con el cuerpo lleno de flechas e incluso muertos. La forma más frecuente de representar un animal era la mancha total de la figura, de un solo color (monocromía), en silueta plana, sin valoración del volumen.
La técnica que usaban estos grupos neolíticos era la pintura, el color, que se obtenía de productos minerales naturales. Los colores más utilizados fueron el rojo, el ocre, el negro y el blanco. Fueron utilizados puros, sin mezclar (en estas pinturas no existe la bicromía ni la policromía ni las gradaciones de tonalidades): son figuras monocromas.
No existe una intención relista, aunque sí existe una pretensión de individualización al marcar diferencias entre sexos. Los cuerpos humanos y animales se exageran estirando o adelgazando sus extremidades o su cintura, creándose formas irreales que muestran su interés por captar lo vital e instantaneo. También mostraban el cuerpo entero de perfil, exceptuando algunas partes que se colocaban en posición frontal.
Reducen la representación a las líneas esenciales, es decir, a las características identificativas y a las actitudes, eliminando el resto de detalles (el arco y las flechas permiten reconocer al cazador o al guerrero): son pinturas esquemáticas de marcado carácter simbólico (las figuras sufren un proceso de abstracción).
En su interés por captar el movimiento, los artistas pintaban a menudo las figuras formando composiciones en diagonal descendente (animales perseguidos en actitud de carrera bajando hacia el valle), consiguiendo escenas de gran dinamismo.
Parece ser que la pintura levantina, incluso si tenía una finalidad mágico-religiosa, era de carácter narrativo y la intención de estos artistas neolíticos era fijar un acontecimiento, narrar un hecho, casi “contar una historia”.
Todas estas características parecen evidenciar que estas pinturas fueron realizadas por hombres que vivieron y plasmaron un mundo completamente nuevo.


















Abrigo dels Cavalls. Cacería de Ciervos.












Danza Fálica. Cueva de Cogull (Lleida)










Figura Femenina y Cabras (Teruel)












Arquero (Castellón)

jueves, 21 de agosto de 2008

Paleolítico superior

Los historiadores denominan Prehistoria a la etapa que va desde el origen del ser humano (hace unos cinco millones de años) hasta la invención de la escritura. La Prehistoria se subdivide en tres periodos: Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales.
Con el desarrollo de los grupos sociales aparece el arte como elemento característico de la cultura. Se suele usar el término arte rupestre como sinónimo de arte paleolítico, porque la mayoría de los restos se han hallado en cuevas o grutas, pero ni todo el arte rupestre pertenece a este periodo ni todo lo que se hizo en el Paleolítico procede de las cavernas. De hecho, puede hablarse de dos estilos de arte rupestre situados, cada uno, en periodos distintos: el de la zona franco-cantábrica se desarrolló durante el Paleolítico Superior y el de la zona levantina, datado entre el Neolítico y la Edad de los Metales.

El Paleolítico Superior

1.-Introducción histórica

El Paleolítico es el periodo más largo de la historia de la humanidad, pues duró hasta el 13000 ó 12000 a.C. En este tiempo se sucedieron periodos en los que los hielos perpetuos llegaron hasta la parte central de la Península Ibérica (glaciaciones) y periodos en los que las temperaturas subían y los hielos se retiraban más al norte. De cualquier modo, el clima era muy frío y duro. El Paleolítico, a su vez, se divide en varias etapas, siendo la más conocida el Paleolítico superior (la más cercana en el tiempo).
En estos tiempos los seres humanos vivían fundamentalmente de la caza (cacería en grandes grupos mediante complicadas estrategias), la pesca y la recolección de alimentos (bayas, raíces, frutos silvestres…). Su actividad cotidiana se desarrollaba en competencia directa con multitud de especies de depredadores que amenazaban su vida y de las que tenían que defenderse, por lo que se puede considerar que era un depredador más. Para afrontar la lucha por la subsistencia el hombre primitivo ideó herramientas que le permitieron enfrentarse al medio para dominarlo: creó útiles ofensivos, útiles de uso cotidiano y útiles con finalidad social (adornos).
Los primeros seres humanos eran nómadas: se desplazaban de un sitio a otro buscando zonas con caza y plantas abundantes y solían instalarse en cuevas que los protegían del frío y la humedad. Se organizaban en pequeños grupos, formados por los miembros de una misma familia. La duración de la vida era muy corta (pocos adultos sobrepasaban los 35 años).
Las cuevas servían también como lugar de enterramiento (aparición de los ritos funerarios y creencia en el más allá) y como santuarios: en los lugares más profundos de las cuevas se celebraban ritos y se presentaban ofrendas (prácticas mágicas y rituales animistas y totémicos).
Aparecieron las primeras manifestaciones artísticas pintadas o esculpidas en las paredes de las cuevas (arte parietal) o decorando objetos de uso cotidiano (arte mobiliar). La aparición del arte rupestre convirtió a la cueva en un santuario y en el centro de la vida familiar.
La supervivencia durante el Paleolítico se logró, en gran medida, gracias a la vida comunitaria, al ingenio, a los descubrimientos técnicos y a la capacidad social que se desarrolló para comunicar y guardar la memoria de la cultura.

2.-La pintura del Paleolítico superior: la zona franco-cantábrica

Es en esta zona donde se encuentran las representaciones de arte parietal más fascinantes y espectaculares (cueva de Altamira, cueva de Lascaux…). Estas pinturas solían hacerse en lo más profundo de las cuevas. Entre los temas favoritos están las imágenes de animales, algunos ya extintos (mamuts, uros…) y otros reconocibles en la actualidad (bisontes, caballos, gacelas, osos, ciervos o toros), de asombroso realismo, plasmados de manera individual (aparecen representados de forma independiente, no formando escenas). En ocasiones se incluían signos de diversas formas geométricas (rectángulos, conos, escaleras…). La importancia que la caza tenía en estas sociedades queda patente en la abundancia de la representación de animales salvajes.
Entre las técnicas más habituales con las que se ejecutaban las imágenes está la pintura, llevada a cabo a base de pigmentos naturales minerales mezclados con aglutinantes como la grasa animal. Se aplicaron con los dedos, con algún utensilio a modo de pincel y, en ocasiones, soplando la pintura a modo de aerógrafo. Las hay solamente perfiladas o con el interior decorado simulando volumen y resulta característico que las siluetas aparezcan siempre de perfil. También se encuentran relieves y grabados: muchas pinturas han aprovechado resaltes y abultamientos en la roca para conferir tridimensionalidad a la figura. El contorno de los animales se resaltaba con una línea negra realizada con carbón vegetal, reservándose los tonos rojos para el interior de las figuras, dando volumen y expresando la anatomía del animal. Así pues, la sensación de realismo se consigue mediante la técnica del grabado y dibujo (que delimita los contornos de las figuras), el aprovechamiento de los abultamientos naturales de la roca (que crean la
ilusión de volumen) y la viveza de los colores que rellenan las superficies interiores.
Pero quizás lo más sorprendente de las pinturas sea su expresividad, ya que las figuras están dotadas de fuerza y naturalismo. Las actitudes de los animales varían desde la calma (cuevas de Lascaux) a la tensión dinámica (cueva de Altamira).
Existen muchas teorías que tratan de explicar el significado de este tipo de representaciones. Las interpretaciones más difundidas defienden que su función era propiciar la caza (se pintarían aquellos animales que más tarde serían cazados). Según otros autores se trata de ritos de fertilidad. Sin embargo, también puede asociarse con un significado religioso o con una forma de transmitir mitos y leyendas (batallas entre clanes representados por los diferentes animales). Algunos autores, incluso, han manejado la hipótesis del “arte por el arte” (las pinturas tenían una utilidad meramente estética). De cualquier manera, lo que parece claro es que existió algún tipo de intención mágica en su creación: la mayoría de los investigadores piensan que el arte rupestre paleolítico formó parte del mundo espiritual y religioso de sus autores, que respondía a unas creencias y que, por tanto, las cuevas decoradas fueron santuarios en los que el hombre plasmó su concepción del mundo.
Bisonte. Cueva de Altamira (Santander)

Cierva. Cueva de Altamira (Santander)

Toros. Cueva de Lascaux (Francia)

Cueva de Santimamiñe (Vizcaya)

Cueva de Tito Bustillo (Asturias)